miércoles, 12 de agosto de 2009

Las babosas invadieron la cosecha

Gonzalo tiene en su propiedad un cultivo de fresas en las afueras de la sabana de Bogotá. Un día se da cuenta que en su cultivo hay una plaga de babosas. Preocupado de la situación, habla con Pedro un amigo cercano y este le recomienda un plaguicida que según él “extermina con todo” y a su vez le dice que no se afane porque aquello tiene fácil solución.

Pedro invita a Gonzalo a su casa y le muestra una pequeña caseta ubicada a escasos metros de su vivienda. Esta caseta no tiene la puerta por tanto o que siempre permanece al descubierto. Pedro guarda allí todo lo que no sirve y también almacena el alimento concentrado de sus animales, los abonos y plaguicidas. Además su mascota Rufo come y duerme allí.

Pedro toma los recipientes de plaguicidas que se encuentran ubicados en el suelo junto a la vasija donde come su perro, y comenta –aquí tengo suficiente para acabar con todos los bichos de mi hacienda y de diez fincas más-, esto funciona de maravilla. Le pide a Gonzalo que traiga el embudo y el botellón de agua cristal que esta vacío, para poner el mata bichos.

Pedro echa el producto en el recipiente de plástico, que lleva la etiqueta de agua cristal saborizada -0 calorías-. Durante el trasvase el líquido moja el concentrado de su perro Rufo Gonzalo preocupado se da cuenta y Pedro le contesta -¡eso al perro no le pasa nada! por ahí le matará las lombrices, no ve que solo fue un poquito, sigamos con lo de nosotros-; Pedro en palabras muy castizas y términos poco técnicos explica a su amigo Gonzalo cuanta agua y que cantidad de producto debe usar para eliminar la plaga de su cultivo.

Gonzalo agradecido se despide y se va a su finca, estando allí se dirige a su “depósito” que no cuenta con ventanas y está dentro de la casa donde habita con su esposa Berta y su hija Juana que acaba de cumplir 18 años. Precisamente, Juana se encuentra terminando un curso de manejo adecuado y eficaz de productos para la protección de cultivos en el SENA. Su padre le comenta que, por fin, ha encontrado un producto que solucionará la plaga de babosas de su cultivo.

Juana le pregunta como lo consiguió y qué clase de producto es, a lo que Gonzalo responde –yo no se mija, lo que si me aseguró Pedro es que esto “acaba con todo”-. Su hija asombrada lo cuestiona ¿cómo se le ocurre guardar ese químico en un envase de agua sin etiquetar? ¿No se da cuenta que tiene el pictograma de venenoso?; además ¿usted, no sabe qué producto es y cómo va usarlo así en el cultivo de fresas?

Gonzalo siendo muy testarudo hace caso omiso a los cuestionamientos de su hija, tanto así que se dispone a preparar el producto aumentando las cantidades descritas por Pedro pensando que así aumentará la eficacia del plaguicida. En esta operación se desprenden vapores tóxicos y corrosivos que causan un fuerte ardor en la piel, tos y mareo a Gonzalo, quien asustado sale del cuarto y busca a su hija para pedirle ayuda.

Resuelve…

· De acuerdo al desarrollo del caso práctico:



1. Elabore un listado de factores de riesgo generados en la historia narrada.

2. Publique su listado y conclusiones a través del foro temático de la Semana 3: “Almacenamiento y transporte de sustancias químicas”.

3. En esta semana, deberá publicar sus opiniones sobre la necesidad de que todas las sustancias y preparados químicos peligrosos estén etiquetadas. Para ello deberá explicar algún caso que conozca en el que se haya producido algún accidente por falta de información del producto. Si no conoce algún caso, investíguelo.

Estimado aprendiz, recuerde que...

Es muy importante leer los comentarios de sus compañeros y de su tutor, a los cuales podrá aportar ideas que no hayan sido tomadas en cuenta hasta entonces, y/o proponer un tema polémico o dar solución a otros que hayan surgido.

¡No dude participar y aportar todas sus opiniones!

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